La importancia del contacto en la separación

 

Tenía ganas de aparecer por aquí tras tantos de fiestas, regalos y descontrol. Tras tantos días en familia, disfrutando de nuestros pequeños, a veces contando las horas para que la temida y querida rutina volviera a nuestro hogar…Y con todo ese ajetreo me surge la necesidad de hablar, una vez más, de la separación.

La vuelta a la rutina a veces nos vuelve a separar. Nos manda de nuevo a la realidad, al trabajo, a la vida estructurada, pero nos quita horas de mimos improvisadas, siestas juntos en el sofá, y la espontaneidad de todo tipo de caricias, canciones y abrazos, que dejamos salir sin filtrar y que ahora, nos tenemos que guardar.

Y eso se nota, señoras. Lo notamos nosotras y lo notan nuestros pequeños. Que ansían un beso inesperado, un abrazo sorpresa, y en el fondo, nuestro olor, nuestro calor, A NOSOTRAS.

Y llegan las rabietas a media tarde, los NO NO NO, los enfados, las noches con mil interrupciones, las eternas luchas por duchar, ir al parque, regresar del parque, ponerse la chaqueta, subirse la cremallera…y no hace falta seguir, ¿verdad?

La parte dura de todo es que es NORMAL y están en su derecho (y nuestro deber es respetarlo y acompañarlo) de estar un poco molestos con la nueva situación. La parte buena es que PODEMOS HACER UN MONTÓN DE COSAS para suavizar el impacto de esta separación en los pequeños.

 

A c e p t a c i ó n

Este es el primer paso. Aceptar que seguramente esta situación no es de su agrado y nos lo van a hacer saber. Aunque estemos cansadas y no nos venga nada bien llegar a casa y tener que lidiar con eso, es lo que no toca hacer si queremos que transiten esas situaciones acompañados y que puedan aprender de ellas. Aunque a veces no haya otra opción que la separación, el mensaje tiene que ser claro: entiendo tu malestar, preferirías estar conmigo, te entiendo y te acompaño. ¿Y luego?

 

C o n t a c t o

Eso es lo que necesitan. Necesitan casa, necesitan mamá, papá, persona con quien sentirse protegidos. Necesitan respirar profundo a nuestro lado y sentir que ahí sí pueden relajarse, ser vulnerables, bajar la guardia.

 

A l i a d o s

Busquemos aliados. Busquemos maneras de estar cerca sin tener que parar (¡a veces es imposible parar!). Usemos la bandolera para esos ratitos que estamos en casa organizando, cocinando, o atendiendo al hermano para que al mismo tiempo ellos estén cerca, conectados con nosotros, aunque estemos realizando otra actividad. Apaguemos teles, aparatos electrónicos y dispersiones varias y centrémonos en el aquí y ahora, para que el tiempo que estemos juntos nos rinda al máximo. Respiremos profundo y entendamos que es un proceso, y que con amor, paciencia y comprensión P A S A R Á.

 

Y ahora contadme, ¿cómo ha ido la vuelta a la rutina? ¿Habéis tenido dosis extras de contacto? Si queréis hablar más del tema, o tenéis cualquier consulta relacionada con el porteo o la maternidad, os recuerdo que podéis pedir una Asesoría Personalizada.

Y aprovecho para recordaros también que en los talleres de PostParto tratamos el tema de la separación en los primeros meses y os damos tips y herramientas para que lo viváis de la mejor manera posible. ¿Nos vemos ahí?

 

Anna

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